domingo, abril 23, 2006

2,294

spoiled woman
washing your panties
in suds and cold water

your face is ungry
at me
and the wolrd

you feel that you´ve wasted
some years
and yourself

it dindn´t work
for me
either

but there are allways
good things
to loock back on

thing of
how many cups of coffee we
drank together.

Charles Bukowski
1/1/74

miércoles, abril 19, 2006

Raúl Fernández, ex director y fundador de “Trome”

“La pregunta es qué parte de los periódicos chicha te interesa. La historia, el funcionamiento, la parte sociológica, la parte antropológica, el por qué del negocio de los periódicos chicha. Todo eso está ahí alrededor de ésa materia. (…) Para comenzar, tienes que ubicar el concepto prensa chicha o diario chicha. Porque lo importante aquí es ver que eso es prensa popular. Se le puso chicha como un baldón, un estigma, como algo peyorativo. Entonces aquí hay que empezar por lo que es realmente prensa popular. (…) La prensa popular en el Perú comienza con Última Hora. (…) Te pongo las cosas en estos términos, si vamos a hablar de prensa chicha tenemos que comenzar a hablar de los años ochentas para acá, el primer diario chicha, realmente chicha, fue “Ojo”. “Ojo” era un diario popular que tiene en estos momentos 35 o 36 años. “Ojo” comienza como un diario muy popular, en ésa época costaba un sol, se imprimía en papel verde. Hacia los años 85 todos los diarios entran en una crisis económica terrible, en ésa época “Ojo” tiraba 6000 ejemplares y con las justas vendía 3000. Y “Ojo” regresa a la misma fórmula de Hearst y Pulitzer de la famosa “S. S.”: Sangre y sexo. ¿Qué hace “Ojo”? Retoma sus raíces populares de ser un diario alegre, chistoso, que jugaba en los titulares con el doble, triple o cuádruple sentido, pero tenía un lenguaje dentro de la noticia, debajo del titular, formal, que usaba la jerga entre comillas, que utilizaba la replana entre comillas, además explicaba la jerga. Esa es la parte sangre de un diario fundamentalmente policial. Y la parte sexo arranca con las página central con la calata. (…) No, muy pocas veces salió, cuando la tenía Villarán y después pasa a todos sus sucesores, Gladis Arista, la modelo de los años sesenta, en primera plana (…) Y se comenzó a estilar poco a poner a la calata es primera plana, en “Ojo”. “Ojo” imprime el sello de poner en la página central una modelo, o una vedette. Normalmente era una modelo, en los canales en ésa época había mucho espectáculo de vodevil, había mucho espectáculo en vivo en café teatros, el furor del café teatro fue los años ochentas. Y esta gente era la que sale. (…) El relanzamiento de “Ojo” se hace el 86 con ésta fórmula. Fórmula que lo lleva a vender medio millón de ejemplares diarios. Lunes a viernes. La dupla Villarán-Banchero fue la apoteosis del periodismo nacional, como negocio y como periódico. Entonces el relanzamiento de “Ojo” en ése estilo era ése. Y tener la página central con una calata a colores, que no tenía nadie. La calata a colores obliga a que la página central sea a colores, por la echadura (…) obliga a la primera plana a ser a colores, lo cual genera todo un cambio en todo el periódico, porque el único que tenía la portada a colores por ésos años era “El Comercio”, que ya había comenzado la era digital. Sólo “Ojo” y “El Comercio” tenían la portada a colores. (…) Pero eso obligó una serie de cambios adentro de “Ojo”. Arranca a cerrar más temprano, a hacer la edición de provincia más temprana y adelantada, y genera todo un boom dentro del periodismo. Un boom comercial además. ¿A dónde voy con esto? A que por una serie de asuntos políticos de la empresa, Empresa Periodística Nacional, EPENSA, hace que “Ojo” se convierta en su diario político, y para eso le crean un hermanito que se llama “Aja” (…) que es el punto de partida digamos de los diarios chicha. Y tomemos como concepto de chicha el uso de una paleta de colores muy impactante, el poner a la calata en primera plana, jugar con titulares a tres o cuatro lingotes como máximo, y jugar a las llamadas. Parte de ésta fórmula de primera plana ya había sido ejecutada por “Ojo”, por “Última Hora”, por “Extra”, por “La tercera” de “La crónica”. “Aja” le da un vuelco total, crean este nombre muy corto, dos sílabas en realidad, y te das cuenta la mayoría de diarios son dos sílabas (…) “Aja” lo que hace es reformular la prensa chicha de los años ochentas, la tímida prensa chicha de los años ochentas, estructurarla y convertirla en un producto comercial al cien por ciento, con su crucigrama en la parte posterior, la calata adentro, las calatas en la página central, harto espectáculo, harto policial. O sea la fórmula S. S. sale mucho más potente. La época lo ameritaba, había narcoterrorismo, tenías conflictos políticos por todos lados y… funciona”.
“Ahora, “Trome”, el concepto “Trome” pretende romper toda esta saga chichosa, chicha en términos absolutamente peyorativos, que permite a la prensa popular SAC, que es la empresa subsidiaria de “El comercio” (…) “Trome” fue creado bajo el concepto de un diario popular familiar, de ser un diario de promociones, en ese momento “Trome” sale a la calle con una promoción de cubiertos, que a la luz pública, no es ningún secreto, estuvo muy mal organizada (…) “Trome” nace con dos anclas abajo, una: la mala elección y la distribución de la promoción inicial, y dos: el problema con los canillas. “Trome” no nace como un diario chicha. “Trome” no nace con el uso de estos colores, verde limón, guinda, el amarillo sí, pero el amarillo estaba con el rojo bandera, no jugar al colorinche de los diarios chicha. Hasta que yo lo dejé en octubre del 2001 (…) ¿Qué ocurre? Que la empresa decide darle un giro a lo chicha, por un asunto netamente económico y, colateralmente, porque veían que la inversión que habían hecho no la iban a recuperar. (…) Deciden hacer esta transformación no sólo a nivel primera plana, sino a nivel diagramación interior. Quitan la columna del editor, comienzan a utilizarse los silueteados, insertar el silueteado en la foto, comenzar el siluetear la foto en redondo o en ovalado, mezclar dos formatos de foto, y a nivel de redacción se hace mucho más chicha. Se achicha, ni siquiera se hace popular como se hizo en los meses iniciales, en muchos casos desaparecen los frisos. ¿Qué cosa eran los frisos? Una subdivisión de la página en la parte alta, en la que se ponía información cultural. Se ponía efemérides, una biografía, datos para la casa. ¿Cuál es una de las características principales a nivel de marketing de los diarios chicha? La compra del diario la hace normalmente el hombre, y normalmente el jefe de familia, pero el ingreso a la casa, la visa para que pase el diario a la casa, lo da la mujer, la ama de casa. Entonces se crea una serie de artilugios el “Trome” para ser un diario hecho para la casa. Fundamentalmente para el estudiante escolar, para el ama de casa, y se le crea en la última página ‘Las malcriadas´ que fue un invento mío. (…) El nombre “Trome” surgió muy así, muy gracioso, casi espontáneo, una especie de brainstorming (…) el uso de estos dos colores, el naranja y el negro, fue una cuestión muy estudiada, para tener un serio contraste y no usar esta paleta chicha de colores, de contrastes altisonantes (…) Una vez que “Aja” rompe la berrera del sonido y se convierte en escandaloso total, a los otros diarios los dejó como sensacionalistas moderados. “Ojo” quedó pues como una tía con un bataclana como era “Aja”. (…) Sobre la identificación del público con su diario, eso es algo que siempre se ha dado con todos los medios de comunicación, pero dada las condiciones socioeconómicas de ésa época, el crecimiento de una clase popular aspiracional, sumada a una clase popular, totalmente popular. O sea, es la época en que APOYO le aumenta a su abecedario de nivel socioeconómico la letra D. Antes sólo existía A, B y C. Y las condiciones económicas que nos dejó el señor Alan García Pérez, hizo que se creara el D, y las condiciones en las que nos dejó el señor Fujimori hicieron que se creara el E. Entonces siempre va a haber una representatividad, la persona, el ser humano, aquí y en Constantinopla, siempre busca un medio de comunicación en el cual se vea reflejado él. Éstos diarios sensacionalistas moderados, tenían como principal lector al popular, polular. “Última hora” y “Extra” tenían una correlación totalmente directa con la gente del ampa, que utilizaba la replana más que la jerga. Lo que ocurre es que al surgir “Aja” surge por una necesidad de un público que estaba ahí, suelto, que sólo tenía los cincuenta centavos para poder pagarse un diario, que además es un diario de 18 páginas, muy concreto, con mucha sangre, mucho espectáculo y mucho deporte. “Hay que darle a la gente lo que le gusta a la gente”, gran frase del filofoso Pocho Rospiliosi. ¿Cómo “Aja” logra poner el primer pie, poner el primer puente para ése público D.? La fórmula es ésa, entretenimiento, entretenimiento, entretenimiento. La información de peso es secundaria. ¿Por qué quebró el BID? A nadie le interesó. Ese tipo de profundidad. Las noticias en “Aja” y en “Trome”, y en la mayoría de diarios chicha no exceden de 1500 caracteres, incluidos espacios, o sea una nota de 3000 caracteres es casi, casi una novela en cualquier diario chicha. El uso de la fotografía, ya en este momento que se han soltado los moños, pero nadie ponía el cadáver completo al principio. “Aja” rompe los esquemas y pone el muerto en primera página. Antes ponías el muerto y jalabas el periódico para que salgan los pies, y para de contar. Una foto de una escena erótica, con los pechos al aire no. En el “Trome” no vas a encontrar eso por decisión de la empresa. (…) “Aja” y “El chino” tienen espectáculos en la página central para aprovechar el color. Ahí tienes toda la parte de espectáculos, que es la parte del “destete”. (…) No es que no tenga sentido, eso tiene un sentido. El morbo es con lo que juegan todos los diarios chicha. Es el hilo conductual de todo este género periodístico. (…) Cuidado que el morbo no va solamente por un cuerpo desnudo o semidesnudo, es cómo presentas la noticia. Por ejemplo cuando Clímaco Basombrío mata a esta chica y deja a la empleada muy malherida, todos presentamos las cosas de la manera más estrepitosa que nos permitía el medio. A mí casi me matan en “El Comercio” cuando puse “Pituco revienta a natacha”… ¡Pituco! ¿Cómo te ocurre decir pituco? Yo les dije: perdón señores, yo no tengo la plata que tienen ustedes y para el público al cual yo me dirijo, soy un pituco (…) porque me baño y me cambio todos los días, soy un pituco porque fumo un cigarrillo diferente. Por todo eso soy pituco. Eso me convierte a mí en pituco a los ojos del público al cual me dirijo yo. El señor Clímaco Basombrío tiene un apellidazo, los papás tienen plata, el chico estudió en el Santa María, es un pituco oleado y sacramentado para el público al que nos estamos dirigiendo. Casi me matan. Como otra serie de cosas ahí. Una chiquita así nomás, cuando se tumban las torres gemelas (…) yo puse “Bestias” y el avión clarito estrellándose contra las torres gemelas, con toda la primera plana totalmente abierta. Cuando tienes una noticia situación así utilizas tu espacio punche. Entonces me fui con el titular a bandera “Bestias”, las fotos completas y abajo una nota que tendría pues unos 600 ó 700 caracteres explicando qué cosa había pasado. Y adentro me volé deportes de la página central y utilicé una página totalmente gráfica. Al día siguiente había una chica con un bikini anaranjado y la leyenda de ‘las malcriadas’ muchas veces la hacía yo. Lo gracioso es que en ésa época no utilizábamos fotos de estudio con chicas reales, sino que se compraban archivos de fotos. Fulanita de tal, se ha puesto este bikini tratando de recordar en cual de las boutiques del piso 185 de las torres gemelas lo compró. Está realmente compungida pero le queda muy bien, ¿no les parece? No te imaginas, ¿qué hacía yo? Dos horas antes de escribir ésa leyenda habían pasado frente a la bolsa de valores de Lima, dos manifestaciones en que les gritaban a la bolsa de valores de Lima ‘¡tírele un avión, tírele un avión!’. Ése es mi público, mi público es el que se burla de eso. Que le importa un pepino la bolsa de valores de Lima, que le tiren un avión carajo que ahí está mi plata. Ahí es donde los blancos juegan con mi plata. Dicho sea de paso, ése es el concepto se utiliza Humala para estar con el 30%. Sino que hay empresarios pues que no la ven, que no tienen el feeling con ese público, y entonces hacen un reverendo escándalo que se utilice la palabra pituco, que se haga alusión a un accidente. (…) Dos días después empiezan a aparecer todos los chistes y todas las caricaturas de los atentados. La gente no ve más allá de la punta de sus narices. Y por eso quienes sí tienen una suerte de clarividencia periodística pueden convertir en un buen negocio un diario popular convirtiéndolo en chicha o no. Te tienes que convertir en parte del público y pensar como tu público. Al medio que vayas haz lo que vieres, así de sencillo, sino búscate otro medio. (…) No son de mi predilección, los diarios populares sí, si hablamos de diarios populares como “Perú 21”, hablamos de diarios populares con por precio. Ahí hay que mirar las cosas con buenos lentes. “Perú 21” es un diario político, es un diario popular, por precio, es el diario que compran los universitarios, los profesionales sin trabajo, la gente que se quiere informar, que ve en “Perú 21” a un Comercio chiquito. Es muy clara la posición de ése público. (…) Antes, la gente se compraba “El Comercio”, “La prensa” y un par de chicos (…) “Correo”era un diario que también nació estándar y bajó a tabloide, era un diario serio y “Expreso” igual, tenían mucho peso, político, diarios serios, el tamaño y el formato estándar se han convertido en el formato chicha por una cuestión de costos. En México tienes diarios chicha, policiales, mucho más descarnados que los nuestros, y hay algunos que todavía están en estándar. Yo no compro diarios chicha, no me encuentro representado ahí. (…) En su mayor parte sí, es un diario de hombres, que no llega a la casa, no entra a la casa, no es un diario familiar para nada, y denigran a la mujer no sólo con el uso y abuso de imágenes eróticas, sino en el tratamiento de la información, la mujer es ninguneada, es dejada a un segundo plano, y siempre va detrás del hombre, no tiene peso propio. A las ministras mujeres siempre las tienen ahí casi saliendo de escena. (…) Hasta donde yo recuerdo “El Chino” fue uno de los pocos diarios que nació en la época fujimorista, la mayoría ya existían, creo que no fueron más que cinco o seis, y la mayoría también están a punto de fenecer si es que ya no murieron. Por ejemplo, “El mañanero” ya dejó de existir, “El mañanero” fue un diario creado en la época de Fujimori. “La chuchi”, “El mañanero”, “Chesu”. (…) Lo que pasa con los diarios chicha en la época de Fujimori es que los pescan muy mal parados económicamente (…) pero sí se hizo, fue el pan de Fujimori y Montesinos. (…) Por ejemplo la campaña contra Andrade en las municipales de la época de Fujimori fue brutal. Se sigue con la misma política chicha, cambiando de bando y nada más. (…) “Aja” no se volvió un diario chicha de los fujimoristas, pero sí suele moverse según se mueven las aguas. Eso ocurre también con los demás diarios, llamados serios. Hasta “El comercio”, por el amor de Dios, fue de Fujimori en su momento. (…) Estamos viviendo desde el año noventa a la fecha una crisis de periodismo a nivel mundial. Con la aparición de internet los periodistas se han vuelto más de escritorio y de teléfono y de internet, que de salir a la calle a buscar la noticia, que de salir a la calle a competir con los demás diarios buscando una noticia bien hecha, a casos bien hechos que sobran, abundan, en la sociedad. Los casos humanos son cosas que se ve poco, a las familias que está hasta las patas, que el padre está ofreciendo su riñón para poder sacar de la tuberculosis a dos de sus hijos, de ése tipo de cosas que antes vivían los diarios. El periodismo de choque. Hoy en el Hospital del Niño hay un caso con contaminación en la Unidad de Cuidados Intensivos, con un virus y dos bacterias ya reconocidas. Ya han muerto dos niños. Eso era para que cuatro redactores se metieran a hacer un informe especial de ocho páginas, cuatro periodistas y cuatro fotógrafos, y me traes los casos y me traes a los papás o no regreses. Ir a hacer periodismo de verdad. Desde los años noventa para acá, más aún del 2000 para acá, eso se viene perdiendo de la manera más patética de la historia, y no solamente es el Perú quien está sufriendo esto, porsiacaso. Y eso se ve reflejado también en los diarios chicha. (…) Yo no niego por ejemplo haber hecho mi par de cuentos en mi vida periodística, pero los he hecho con investigación, con datos fehacientes, y recreando mucha de las cosas que pudieron haber pasado o que realmente pasaron. En mi época de redactor yo he hecho mis buenos cuentos también, al punto de que mis fuentes policiales al día siguiente me decían: carajo, cómo diablos te enteraste de esto. (…) Cerebro y sentido común, nada más. No tienes que inventar en realidad, sino recrear las cosas con un poco de sentido común y con datos reales. Pero ahora no, ahora tienes cuatro o cinco datos: el qué, quién, cómo, cuándo, dónde y el resto te lo pasas por el arco del triunfo, sin asco, y ésa es parte de la falta de ética también. (…) Yo no me quedaría solamente en el lenguaje, sino en el tipo de información, en la cantidad de información, en la elección de los anunciantes, en la disposición de tal o cual noticia como abridora, secundaria, terciaria dentro de una página de un diario, todo eso marca. Es el reflejo de una sociedad pero, no hay esa vieja conseja que nos dieron a todos en la universidad de que el periodismo debe que educar. Esa es una utopía en la cual se sientan todos los dueños de los medios de comunicación. El periódico debe educar, narices, si puede educar después de haber informado lo que yo quiero informarle a mi público, bien. La educación, la culturización de la sociedad no se da a través de los diarios chicha, sino solamente se le presenta el reflejo de ése segmento social, socioeconómico mejor dicho, y no salen de un circuito cerrado de comenzar a ver sus propias maldades o bondades. Eso va en detrimento del periodismo, va en detrimento del propio público. Hablábamos de que la mujer es maltratada, no sólo la mujer, el niño, el hombre, el anciano, todos. Porque no le dan una salida. Si el periodismo no tiene la posibilidad y la capacidad para presentar el problema y la solución. Que vayan a vender lapiceros al jirón de la unión, que no se llamen periodistas. Y aquel jefe que diga: no, sólo quiero el problema. Está en potestad del periodista el decirle chau al medio, o de en su momento o en su capacidad poder pasarle de contrabando las soluciones. Si es que el medio sólo quiere los problemas. Y si no pues, hermano, a buscar otra chamba. Yo confieso que lo he hecho hasta tres veces en 27 años, y no me arrepiento para nada, porque me puedo ver la cara al día siguiente completamente tranquilo, pongo la cabeza en la almohada con toda tranquilidad porque no le debo nada a nadie. (…) Los medios de comunicación, todos son arbitrarios, no existe un medio de comunicación puro, porque siempre va a defender intereses, así sea el diario del estado, va a defender los intereses del estado, o de quien esté asumiendo el poder ejecutivo del estado. El diario más cultural que pueda existir defiende intereses, siempre los va a defender, siempre los ha defendido. Todos, radio, prensa, televisión, todos, todos, todos son arbitrarios, y todos han sido creados con un objetivo comercial, salvo los absolutamente culturales del estado, no tienen fines comerciales, entre comillas. Sin embargo los diarios chicha son absolutamente comerciales, absolutamente. Los diarios chicha son los que cierran edición primero, porque necesitan estar en el mercado primero, la gente compra el diario que primero aparece, eso sigue siendo un axioma aquí y en Constantinopla. Pero, yo creo que es un perverso reflejo de la sociedad. Que solamente hace eso, es un reflejo perverso de la sociedad. (…) Un reflejo muy perverso, más que pervertido es muy perverso el reflejo que presenta, los medios ya son pervertidos de por sí, pero en los medios chicha es peor. (…) Obviamente, por todo lo dicho, le falta el respeto totalmente. No lo respetan como persona, como ser humano (…) Existe porque hay un mercado, y es un mercado que a los diarios chicha les conviene mantener, por eso es que solamente son el reflejo del problema, y no presenta ninguna alternativa. Al público que compra los diarios chicha en este momento, salvo creo “Trome”, en la mayoría el factor de compra es el morbo, el morbo masculino, el morbo masculino joven además, ahí hay un segmento digamos entre los 18 y los 25 años, ahí tienes un segmento. Y otro es de los 45 y 60. (…) Es muy posible, es muy posible. Porque dejan al presentar solamente los problemas, la sangre y el sexo, exacerban el que se cometan estos delitos, porque además dado que no es parte de la solución, (…) como no hay sanción, como la impunidad impera y campea en nuestra sociedad, simplemente al presentar la gran cantidad de violaciones, robos, asaltos, secuestros, le están diciendo a la gente: oye, es muy fácil de cometerlos, y además no te va a pasar nada, y además vas a salir publicado. Durante muy buen tiempo, la página policial fue la página social de los sectores menos pudientes. Era la página social. Sonriente salía el asaltante de bancos, compungido salía el que se había violado a tres primitas, etc. De hecho tienen un peso específico en que se incrementa la delincuencia de casi todo tipo, medirlo es difícil. (…) Si vemos además que las agresiones sexuales, la mayoría se da a nivel familiar, y que son absolutamente impunes, obviamente sí. Le están diciendo a la gente: anda tírate a la empleada de la casa, anda tírate a la prima y si no quiere igual. Eso es lo que están diciendo todos los diarios chicha, al no presentar nunca la sanción, y como la crisis de valores tiene más de veinte años, bueno pues.”

Con respecto a la edición del 09 de abril de “El Men”:

“¿Mencionan la fuente? Para nada mencionan a Nacional Geographic, que es quien hace el destape por unos documentos encontrados que sería el evangelio de judas. Simplemente es la manipulación más cochina de la información, si ni siquiera mencionan a la fuente de dónde proviene esto, y lo sacan pues en un momento que comienza la semana santa. Claro que Nacional Geographic tampoco son unos angelitos, porque también han salido con esta edición hablando del evangelio de judas, y salen dos semanas antes de la semana santa, un momento crucial para la venta de esos ejemplares de ése tema. No son angelitos ni unos ni otros, solo que los otros se pueden jactar de haber hecho una investigación, nosotros tenemos lo que sería el evangelio de judas. “El Men” qué tiene por favor, juntar dos estampitas y un titular para vender periódicos. Porque adentro no la veo, es más ni siquiera marca la página en la que está. Lo menos que puedes hacer, y esto es un maltrato al lector, es decirle en qué página está. Cosa que sí se hace en otro medio tan chicha como este pero con un mayor respeto al público”.
Yo creo que deberías retomar lo de “Trome” porque es un chicha muy diseccionado. Todos son imitadores, “El Men” te regala 150 dólares y 6 computadoras. Qué haces cuando compras un “Trome”, te estás comprando una lotería, más una rifa. Una lotería numerada, además, que es la llamada ganadora. Te está regalando mochilas, cocinas, ollas, etc, etc. Entonces la idea de hacer un diario de promociones es ésa, es una formula que funciona en Europa, América, Asia y es válida, que tú te quieras comprar o te quieras ganar 150 dólares, completamente válido para cualquier ser humano en el planeta, y que de regalo te den un periódico, que es más o menos la visión también perversa para ir contra el periodismo. Yo compro una Tinka y me regalan un periódico. Eso también es maltratar al público, porque le pones una carnada gruesa. (…) “Trome” es un diario totalmente atípico dentro de los chicha. Actualmente “Trome” ni siquiera es comprado por las noticias que trae, sino por la rifa, lo cual genera una perversión asquerosa a nivel de razón de compra de un medio de comunicación. (…) “El Chino”, “La chuchi” y “El Men” son diarios que no pasan de la combi (…) en cambio “Aja” todavía entra porque tiene bastante espectáculo, y su información en ésos rubros tiene respaldo, no son diarios mentirosos en ésos temas, en política son unos escandalosos, en policiales son unos escandalosos, pero en deportes y espectáculos digamos que la gente como que los asume como unos diarios que tienen una credibilidad bastante alta, relativa, pero alta. Y son el reflejo además de otro fenómeno de medios de comunicación que es Magaly Medina”.

domingo, abril 16, 2006

harto de ser el idiota del barrio
conectó a su reloj despertador
un cordón de extensión
que llega hasta el baño

martes, abril 04, 2006

Aburridos

Gustavo y Carolina se encuentran en el lugar de siempre. Él ha llegado tarde. Se saca los audífonos negros. Carolina le pregunta que por qué ha llegado tan tarde. Cruzan la avenida Comandante Espinar a la altura del Óvalo Gutiérrez. Gustavo pone una cara muy seria diciendo que este ha sido un día muy raro. No le cuenta que se despertó a las dos y media de la tarde, ni que se masturbó todo el día pensando en ella, ni que compró, no sabe bien por qué, cajas y cajas de ansiolíticos. Todo eso se lo guarda para sí.
Cuando llegan, Carolina se sienta en la cafetería del centro cultural y él hace cola para comprar las entradas. Mientras esperan que comience la función, conversan y se toman un par de capuchinos. No conversan exactamente, más bien ella se dedica a hablarle de gente que Gustavo todavía no conoce. En determinado momento, ella le pregunta:
- ¿Te sucede algo?
Gustavo le responde negando la cabeza, repitiéndole que este ha sido un día muy raro. La cafetería está repleta de gente que habla en voz muy baja, los mozos están correctamente uniformados y van de mesa en mesa. Los capuchinos deben costar entre seis y siete soles cada uno. Después de un rato, Gustavo le dice:
- Soñé algo muy raro.
Carolina sonríe.
- ¿Qué soñaste? -le pregunta.
Gustavo agacha la cabeza. Está vestido con una camisa Oscar de la Renta y un pantalón Lacoste. Toma a Carolina de la mano. Ella lleva una blusa blanca, una falda negra y medias oscuras de nylon. Gustavo se acerca un poco más y le dice:
- Soñé que fumaba con Ollanta.
- ¿Qué?
- Con Humala -Gustavo mira a ambos lados-, fue horrible.
- ¿Y cómo era?
Gustavo se reincorpora sobre su asiento, se endereza. Le da un sorbo a su capuchino. Se fija en la hora en su reloj plateado que está sujeto a una de sus muñecas. Después de un rato, dice:
- Era un pobre diablo. Cuando ganaba las elecciones, yo le decía a la gente: pero si es un drogadicto, yo mismo lo he visto fumar. Parecía que nadie me quería hacer caso…
- Pobre.
Cuando comienza la función, Gustavo y Carolina ya han tomado su capuchino y están sentados en la quinta fila. La obra se llama “Cinco mujeres con un mismo vestido”. Es entretenida y para beneplácito de Gustavo, una de las actrices a la que él mismo calificó de “sexy e impredecible”, se sube el polo un momento durante el segundo acto.
Cuando salen del centro cultural, ambos se abrazan y se besan. Son casi las doce de la noche y es sábado. Comentan divertidos la obra y se compran helados Donofrio en un grifo que encuentran en el camino. Se sientan en una banca en un parque y se ponen a conversar. Falta una semana para las elecciones, así que ambos discuten por quién va a votar cada uno. Mientras lo hacen, Gustavo logra meter una mano debajo de la blusa de Carolina. Ella dice que Lourdes Flores es la candidata más coherente. Gustavo insiste en votar por Susana Villaran y se burla de candidatos como Humberto Lay y el tipo que quiso traer a Santana.
Después de un rato ya se terminaron sus Copa Esmeralda y están regresando por donde vinieron. Es cuando Gustavo le dice a Carolina que tiene algo muy importante qué decirle, así que la cosa se pone tensa. Un chico que pasaba por ahí se los quedó mirando discutir abrazados. Era ése tipo de conversaciones que se ve a menudo. Parece que la relación de la mayoría de parejas suele colgar de un delgado hilo.
Una vez que Gustavo ha terminado de decirlo todo, Carolina mira un punto en la nada. Ambos se quedan callados un buen rato. Pasan una media hora más sentados en la acera de aquel parque, en San Isidro, mirando a los dos niños fumar de una cajita de fósforos. Llevan bicicletas, están bronceados por el sol y hablan de Pink Floyd.
Carolina piensa en lo que le dijo Gustavo, eso de que no estaban avanzando, que el estancamiento no es saludable a ninguna escala. Que la han pasado bien el tiempo que han estado juntos, que a pesar de terminar con ella, él la va a seguir queriendo. Sólo que las cosas con el tiempo se pueden malograr.
Antes de que ella tome el micro para que se vaya a su casa, Gustavo logra abrazarla y preguntarle si puede volver con él. Después de todo, no están tan estancados. Aunque parezca mentira, Carolina acepta.
Se besan un buen rato.
Son más de las dos de la mañana. Gustavo y Carolina salen de El Olivar de la mano. Caminan atravesando los lugares iluminados por los grandes postes de luz. Pasan junto a una casa de ladrillos rojos donde sale música en vivo y parece que celebraran una fiesta. Hay todo tipo de carros finos y un negro vestido de gala. Como no tienen nada más qué decirse, Carolina pregunta:
- ¿Nos estaremos volviendo aburridos?
Gustavo la mira. Están tomados de la mano. No entiende muy bien la naturaleza de aquella pregunta, pero aún así dice:
- No tiene por qué ser divertido.
Una vez en el taxi, Gustavo no deja de repetirle a Carolina que el aburrido es él. Por supuesto que ella le dice que no. Gustavo está tan perdido en sus brazos y está tan concentrado en trasmitirle aquella sensación, que apenas puede darse cuenta de que ella está sonriendo.
927 p.
Jimena Pinilla

La primera vez que hablé con Jimena Pinilla yo tenía un montón de poemas esparcidos en papeles sobre la mesa. Estaba temeroso de enseñárselo a la gente que todavía no conocía aquel invierno del 2004 en el CCPUCP. Aquella chica, sin embargo (digo chica porque Jimena siempre aparentó ser menor de lo que era, y en ése momento yo la consideré como “una chica más”) quiso leer los poemas que yo tenía entre las manos y supongo que le llamarían la atención. Después de un rato me preguntó si para mí no era necesario hacer rimas, y yo le dije que depende, que mis poemas sí tenían rima pero eran un tipo de rima “más narrativa”. Acordémonos que yo tenía 18 años.
El siguiente recuerdo que yo tengo de Jimena Pinilla es bajando las escaleras del CCPUCP, un martes o un jueves cualquiera en que yo converso no sé si con Bruno o con Pierre (creo que era con Bruno) acerca de que yo iba a imprimir un manojo de 100 páginas de lo que entonces era “mi novela”. Ya habríamos avanzado algo de los talleres de los sábados, así que Jimena sabía algo de aquel proyecto. En seguida se ofreció a imprimirlo en su trabajo. Yo entonces no sabía qué trabajo era ese que tenía Jimena Pinilla, y no quise incomodarla. Nunca supe si fui muy brusco al decirle que no, gracias, que yo mismo tenía planeado ir a la universidad San Marcos a hacerlo.
Cuando Jimena Pinilla se enteró que yo estudiaba Ciencias de la Comunicación y que me iba a especializar en periodismo, me regaló una revista de la Universidad de Lima en la que ella había escrito una crónica. El tema de la revista era la muerte. Una mujer oscura y huesuda salía en la portada si mal no recuerdo. Pasó un tiempo hasta que leí aquel artículo. Creo que recién entonces me di cuenta de quién era Jimena Pinilla.
Una vez que Jimena Pinilla leyó un cuento sobre un chico que fuma en una calle solitaria de San Isidro, yo estaba en el mismo salón que ella, y no pude evitar sentirme tremendamente identificado. No recuerdo qué le pasaba a aquel chico, si le robaban o si simplemente se quedaba ahí parado fumando como un zombi. Tampoco sé si estuvo mal sentirme identificado y pensar que lo había escrito pensando en mí. Lo único seguro era que yo en ésa época fumaba bastante parado en la calle junto al CCPUCP.
Cuando terminó el primer ciclo del curso de literatura que llevé en el Centro Cultural, una parte de mí pensó que nunca volvería a ver a Jimena Pinilla ni a otras muchas personas que conocí. Claro que eso no se dio, en parte porque me matriculé el segundo ciclo y porque una tarde de verano, echado en mi cama, me puse a leer un Etiqueta Negra cuyo tema era, oh sorpresa, la muerte. Ahí también estaba Jimena Pinilla. Cuando volví al curso en el CCPUCP, era marzo del 2005 y la primera persona con la que me encontré fue ella. Yo estaba entonces con más barba y con el pelo más largo. Jimena Pinilla me lo hizo notar diciendo que cómo era posible.
Una vez que se terminó el curso, hice una reunión en mi casa. Vinieron todos, excepto Ivan Thais y algunos alumnos que ahora no recuerdo. Ahí también estaba Jimena Pinilla y su esposo, una de las parejas más encantadoras que jamás he conocido. Cuando se fueron, a eso de las once o las doce de la noche, Jimena había olvidado su cartera.
Cuando la recogió, un domingo antes de que yo me fuera por unas semanas a Cuzco, Jimena pasó con su esposo, que creo que se llama Juan Carlos. Antes de eso yo, inocentemente, había visto adentro de su cartera y había sacado una de las muchas tarjetas de presentación que tenía del diario El Comercio. Además de eso, Jimena no tenía absolutamente nada en aquella cartera de cuero. Cuando salí a darles la cartera, Jimena estaba dentro de aquel carro, así que yo me acerqué para darle un gran beso. Claro que esa no fue la última vez que estuve con Jimena Pinilla, pero todavía me queda ésa imagen. Por alguna razón, determinada gente se cruza con uno en esta vida. No es pura casualidad. Yo me encontré con Jimena Pinilla a temprana edad. Eso me da que pensar. Todavía conservo su tarjeta.